Esta historia me la contó mi abuelo, como se sabe antiguamente las personas de las comunidades se acostumbran ir a jalar agua en los pozos; en una hora acostumbrada; las personas a veces mayormente van en la mañana o al medio día. Porque resulta que en una comunidad una muchacha acudía a buscar agua al atardecer entrando la noche, pero siempre le decían:
– no vayas a esa hora, porque el pozo tiene dueño.
Pero la muchacha no hacia caso y siempre concurría a esa hora para sacar agua; así siguieron transcurriendo los días y los meses. pero un día la muchacha al llegar como tenia acostumbrado se llevo la grata sorpresa, al tirar su cubeta en el pozo en el momento de jalarlo sintió que pesaba mucho, se asusto bastante, cuando se inclinó a ver que es lo que venia, en el mismo instante fue jalada dentro el pozo, para nunca mas salir.
Recopiló: Jaime Magaña.